El buen vino se hace en el campo, buscando siempre la mejor uva. Y la mejor uva es aquella que proviene de una agricultura natural, respetuosa con la tierra, sin venenos.
No utilizamos productos sistémicos, ni herbicidas, ni pesticidas, ni fungicidas ni abonos inorgánicos ni ninguna otra clase de producto de síntesis.
Combinamos algún pase de azufre, cuando es necesario, con otros de suero de quesería. Afortunadamente es suficiente para controlar los escasos ataques fúngicos que tenemos, normalmente de oidio.